Como si no tuviéramos bastante con la que tenemos encima las
mujeres, no ya solo en este país, sino en el mundo entero, solo nos faltaba que
un partido político que gobierna lance esta campaña para luchar contra la
violencia contra la mujer.
¿Lo más grande de Galicia?
Supuestamente lo más grande del mundo también, ¿verdad? Por eso estamos como estamos, por eso la
desigualdad campa a sus anchas, la violencia en forma de maltrato cotidiano en
lo emocional, en lo físico, en lo económico…
A la legua se ve que esa cosa que pretenden “campaña contra
la violencia” ha sido diseñada por un hombre machista. De machismo paternalista…
Señores del PP de Galicia y de España en su conjunto, dejen
de mirarnos como si fuéramos unas pobrecitas e idiotas. Enormes, eso sí:
santas, virginales…, lo más sagrado. ¡Es
una visión tan patética!! Y tan
insultante… Que no, que lo que queremos es que señalen al
maltratador, a la bajeza humana de utilizar la violencia para controlar a otros
seres humanos, pero grandes, enormes…, que hacen la vida más agradable y bella
a los demás. ¡Que no! Que si quieren denunciar la violencia contra
la mujer pongan fotos de tíos violentos, imágenes de la degradación humana del
machismo, que nosotras solo queremos vivir en paz, que somos normales, ni
grandes ni pequeñas, ¡normales!, con
todo lo bueno y todo lo malo que puede cabernos en nuestra diversidad como
mujeres. Que no somos un milagro de la
naturaleza ni de Dios ni de nada. Que
solo queremos que millones de seres humanos, con el machismo transportado en su
herencia cultural, aprendan a respetar a
otros tantos de millones de personas de sexo femenino. Que ser mujer no es ser más grande que ser
hombre, ni más pequeño. Que lo que
tenemos es un problema social y cultural que no va a resolverse con una actitud
paternalista, que eso es seguir emponzoñando el asunto.
¿Cómo hacer ver a nuestros dirigentes que esto no
funciona? Que no somos especiales, que
los especiales son los maltratadores, los asesinos, la desigualdad. Que ahí es donde hay que poner el dedo y
señalar… Que apelar a ese sentimiento
de protección es dañino, que eso engorda a la bestia, no la mata… Que esa imagen y ese mensaje reproduce el
veneno… , tanto en ellos como en ellas.
No somos grandes, no somos especiales, no somos patrimonio
de la humanidad al que cuidar y proteger, ni monumento admirable. Somos personas, y solo personas.
Señalen a la bestia, y denúncienla. No a sus víctimas creando una imagen
vergonzosa de las mismas. No necesitamos
que convenzan a nadie de que dejen de maltratarnos, nos basta con que actúen de
manera inteligente y justa. Cumplan con sus obligaciones, que entre ellas está la de proteger a la sociedad en su conjunto, en este caso frente al machismo. ¿Dónde está el machismo en su cartel?
Afortunadamente, somos las mujeres las que llevamos siglos tratando de
protegernos de tan infame trato.
Muy buen artículo, seguir en la lucha. Sois tan necesarias...
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