En este manifiesto de adhesión no vamos a recurrir a los
avales jurídicos mediante los cuales se
pueda impedir que los hijos de Juana Rivas deban pasar a manos de su
padre, maltratador de la madre de los menores y así declarado en sentencia
firme por nuestro sistema judicial, porque damos por supuesto que los
fundamentos jurídicos serán de sobra conocidos por aquellos profesionales
encargados de decidir el futuro de los dos niños. Ni tan siquiera vamos a
recurrir al sensacionalismo mediático que ha rodeado al denominado Pacto de
Estado Contra la Violencia de Género, al que algunos políticos han llegado a
tildar como “un hecho histórico sin precedentes en la historia de nuestro
país”, y en el que entre la larga lista de 200 medidas podemos encontrar la
suspensión del régimen de visita de los menores, porque evidentemente un maltratador
no puede ser un buen padre.
Un maltratador jamás puede ser un buen padre porque su
máximo objetivo es hacer daño a la mujer, sin límites. La experiencia nos
demuestra que los hijos son una de las mejores armas que tienen los
maltratadores porque para una madre el amor hacia sus hijos tiene un valor que
suele estar por encima del de su propia vida. En la espiral de venganza un
maltratador es capaza de hacer pasar a sus hijos por cualquier situación con la
única intención de ahondar en el daño, en el dolor, en la venganza hacia la
mujer víctima de su violencia. Tenemos en la memoria, que podemos recuperar
recurriendo a hemeroteca reciente, el
caso de José Bretón, que asesinó brutalmente a sus hijos con el único objetivo
de causar un profundo dolor a su expareja. Esos dos niños no han vuelto a reír,
a jugar, a respirar, porque no han vuelto a vivir. A su madre le han arrancado
injustamente esas dos pequeñas vidas a las que tanto amaba. En este punto a
quien proceda le pedimos que se ponga por un minuto, por un solo minuto, en el
pellejo de esa mujer. Si es humano se le acelerará el corazón y notará un gran
nudo desde el estómago hasta la garganta.
Por eso le pedimos a todos aquellos que puedan intervenir en
esta situación que se pongan un minuto en la piel de Juana Rivas, una mujer víctima
de la violencia ejercida hacia su persona por el padre de sus hijos. Juana será
probablemente la persona que conoce mejor a Francesco, y por eso corre
despavorida en una huida hacia adelante sin perder de vista a sus dos hijos.
Les pedimos que cierren los ojos y se imaginen ellos dejando a sus hijos en
manos de alguien que maltrata.
Impelamos desde aquí para que impere la razón en el sistema
judicial para que se haga justicia con Juana Rivas y sus dos hijos.
#TodasConJuana porque
#YoTambienSoyJuana
Etiquetas o hastags para redes sociales:
No hay comentarios:
Publicar un comentario